Intentamos que esta vez el tiempo no nos comiese como casi todos los días, madrugando un poquito para salir. Sin embargo entre pitos y flautas, al final llegamos tarde al punto de encuentro.
El grupo más madrugador ya había salido antes de que llegáramos. Por un lado, Mario, Pepote, Marta, Anibal, Pepiño y no se si me falta alguien, habían comenzado ya su ruta hacia el Pileñes.
Doma, Juan Carlos y Roberto, subimos hacia el Peña Ten, puesto que iniciamos la ruta por otro camino y al estar a media altura en la falda de la Peña, ya no podíamos cambiar de lado.
Cogimos buen ritmo en la ascensión porque ya se nos echaba el tiempo encima, y luego la bajada la disfrutamos como enanos, con palas larguísimas y con una buena pendiente.
Nos volvimos a juntar con el resto de grupo para comer-merendar en La Uña.
El grupo más madrugador ya había salido antes de que llegáramos. Por un lado, Mario, Pepote, Marta, Anibal, Pepiño y no se si me falta alguien, habían comenzado ya su ruta hacia el Pileñes.
Doma, Juan Carlos y Roberto, subimos hacia el Peña Ten, puesto que iniciamos la ruta por otro camino y al estar a media altura en la falda de la Peña, ya no podíamos cambiar de lado.
Cogimos buen ritmo en la ascensión porque ya se nos echaba el tiempo encima, y luego la bajada la disfrutamos como enanos, con palas larguísimas y con una buena pendiente.
Nos volvimos a juntar con el resto de grupo para comer-merendar en La Uña.